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domingo, 19 de mayo de 2024

CASTILLO y PUENTE DE SANT' ANGELO en Roma.

CASTILLO DE SANT'ANGELO

Está situado en la orilla del río Tíber y fue construido para servir como mausoleo para el emperador Adriano,  Ha servido como fortaleza y como palacio, donde los Papas se trasladaban a vivir en tiempos revueltos. Por eso cuenta con estancias nobles, embellecidas con magníficos frescos renacentistas. Más tarde, cuando pasó a manos del Estado Italiano, se utilizó como cárcel, y desde 1925 alberga el Museo Nazionale del Castel Sant’Angelo.

Como curiosidad te diremos que hay un corredor secreto que conecta el castillo con la Ciudad del Vaticano, para que en caso de peligro, el Papa pudiese escapar.

 

 

Leyenda del Ángel

En la parte superior del castillo, verá una estatua de bronce del Arcángel Miguel.

En el año 590 d.C., durante algunos de los tiempos más oscuros de la ciudad, una terrible plaga golpeó a los ciudadanos. El Papa Gregorio organizó una procesión solemne para suplicar a Dios que pusiera fin a esa pesadilla. Al cruzar el puente frente al castillo, el Papa tuvo una visión del Arcángel Miguel en el acto de enfundar su espada. Esto se interpretó como una señal de que la plaga pronto llegaría a su fin.

Para celebrar el evento, el Papa ordenó que se construyera una estatua de madera del ángel, y esta fue la primera que se colocó en la parte superior del monumento. Cuando la estatua quedó completamente arruinada por el desgaste, fue reemplazada por una de mármol, que fue destruida durante un asedio, en 1379. El tercer ángel (nuevamente, de mármol, con alas de bronce) fue alcanzado por un rayo. El cuarto, de bronce cubierto de oro, se fundió para hacer cañones. El quinto de la fila es una estatua de mármol con alas de bronce. Incluso este fue reemplazado, y ahora está ubicado dentro del patio del castillo.

 

PUENTE SANT' ANGELO

En el año 136 D.C. el emperador Adriano mandó construir este puente para permitir el acceso a su tumba desde el centro de la ciudad de Roma. Pero fue BERNINI quien le dio vida en 1668 al esculpir las esculturas de ángeles en el puente.

 

El puente atraviesa el río Tíber y tiene cinco arcos, tres de los cuales son romanos. En la actualidad sólo pueden pasar por él los peatones y tiene unas vistas muy bonitas. Antiguamente también se le conocía como Puente de San Pedro, fue con el Papa Gregorio cuando se empezó a conocer como Sant' Angelo, en honor al ángel que acabó con la pandemia de aquellos tiempos (leyenda del ángel).

Además, durante el año jubileo de 1450, la balaustrada del puente cedió debido a la gran multitud de peregrinos que esperaban turno para acceder a la Basílica de San Pedro, muriendo muchos de ellos al caer al río. Como consecuencia, muchas de las casas que existían a la entrada del río, así como un arco de triunfo romano fueron derruidos para ampliar el paso de los peregrinos.  

 

En el año 1535, el Papa Clemente VII destinó los ingresos del peaje que había que pagar para cruzar el puente para erigir las estatuas de los apóstoles San Pedro y San Pablo a la entrada del puente, a los que se añadieron más tarde en 1688 se embelleció con diez estatuas de ángeles, cinco a cada lado del puente, todas ellas esculpidas por Lorenzo Bernini. Cada ángel lleva un emblema de la muerte y el sufrimiento de Jesús.


 

El Puente Sant’Angelo y el Espectro Errante de Beatrice Cenci

Leyenda

Algunos aseguran que si caminas por el puente Sant’Angelo en la noche del 11 de septiembre es posible que te quedes pasmado al  encontrarte el fantasma de una joven mujer caminando con delicada finura y con su cabeza entre las manos. 

No hay ningún romano que diga que esta historia es una broma, todos la creen, y si hablas con ellos te contarán como la pobre fue ajusticiada y de como el pueblo de Roma se rebeló con el fin de detener tan orrendo destino. 

La historia narra que Beatrice era hija del Conde Francesco Cenci, un hombre rico, que gozaba de los favores del clero, y a pesar de su vida acaudalada era de carácter despótico e iracundo. 

El triste destino de Beatrice, hija del primer matrimonio de su padre con Ersilia, vira a lo inesperado cuando tras la muerte de su madre en 1584 es encerrada en un monasterio. Ya adolescente, regresa a la casa de su padre y encuentra una situación insostenible. El Conde, siempre más violento, es víctima de un verdadero delirio incontrolable  de despilfarro de sus bienes y no se cansa de amedrentar con violencia a su nueva esposa Lucrezia como también a los hijos habidos con ésta. Una de las hermanas de Beatrice, Antonia, tras haber enviado una carta donde suplicaba al Papa poder irse de la casa, obtiene el permiso para marcharse. Francesco, por miedo a que Beatrice siguiera el mismo camino, decide mantenerla encerrada en un castillo cerca de Roma. 

Tras haber dilapidado todos sus bienes, el Conde se muda con su esposa, y demás hijos al castillo en donde años antes habían tenido encerrada a Beatrice. Sin embargo, las violentas mañas de su padre no cambian y Beatrice sigue siendo víctima de todo tipo de violencia. Es así que toda la familia decide entrar en acción y con la ayuda de algunos sirvientes, deciden drogar al Conde para luego matarlo perforándole el cuello con un gran clavo y deshacerse del cuerpo arrojándolo desde una de las torres del castillo y simular así un accidente. 

La familia, finalmente libre del yugo del padre autoritario, regresa a Roma. Pero pronto, las investigaciones desvelan los verdaderos hechos que causaron la muerte del Conde. 

Es así que después de un largo proceso, en el que las historias de los inconmensurables abusos sufridos por los familiares del Conde salen a luz y sacuden la conciencia de los romanos. 

Todos los miembros de la familia Cenci, a excepción de Bernardo, el hijo más joven, son condenados a la pena capital por decapitación. En aquel entonces Beatrice, además de que era muy hermosa, tenía apenas 22 años y se narra que el día de su ejecución, el  11 de septiembre de 1599, en Roma hacía mucho calor. La plaza  de Castel Sant’Angelo estaba abarrotada de gente y muchos de los presentes se sintieron mal, hubo muertos por insolación y era imposible abrirse paso entre la muchedumbre que gritaba clemencia para Beatrice. Entre éstos se encontraba también Caravaggio, estupefacto por el orgullo y la fuerza moral con los que la joven Beatrice enfrentaba su destino. 

Todos los que estaban allí  se quedaron impresionados al admirar como Beatrice subía al puente para encontrar su verdugo mostrando sin vacilar gran dignidad. 

Pues ese puente, construido en época romana por el Emperador Adriano, y en el que se encuentran las estatuas de San Pedro y San Pablo, es además el hogar del último trecho de vida de Beatrice donde algunos afirman verla caminar aún. 

No hay que olvidar que la historia de Beatrice Cenci ha inspirado a muchos artistas, entre ellos Stendhal, Guido Reni y según algunos al mismo Caravaggio.

 


MONUMENTO A SANTA CATALINA DE SIENA, Patrona de Italia.

Lo encontramos en los jardines del Castillo Sant' Angelo, a un lado vemos el puente y el castillo y al otro la Basílica de San Pedro. Esta obra conmemora los últimos días de la vida de Santa Catalina, que se estableció en esta ciudad en 1377 y vivió en ella poco más de tres años, hasta su muerte 1380. Cada 29 de abril, día de su festividad, el Ayuntamiento de Roma, así como muchos devotos llevan flores al monumento.


PALACIO DE JUSTICIA.

Muy cerca del Castillo encontramos el Palacio de Justicia y el Puente de Umberto I.

El Palacio de Justicia (conocido por los romanos como  ‘Palazzaccio’, es considerado una de las grandiosas obras que siguieron a la proclamación de Roma como capital del Reino de Italia., a orillas del río Tíber.Es uno de los monumentos más "titánicos" de la Ciudad Eterna, 155 metros de ancho y 177 de largo. Fue inaugurado en 1911.

Vistas del Palacio desde el Puente Umberto I

 





 




Vistas del PUENTE SANT' ANGELO desde el PUENTE UMBERTO I. Desde aquí hay unas vistas impresionantes de Roma, con la Basílica al fondo.








Fachada del PALACIO DE JUSTICA que da a la PLAZA DE CAVOUR.

El monumento a Camillo Benso, conde de Cavour, se encuentra en el centro de la plaza, la estatua de Camillo Cavour, fundida en bronce, representa al conde de pie, vestido con ropas contemporáneas, sobre un alto pedestal de mármol gris de Carrara con inscripciones y bajorrelieves.









Enlaces de interes:

 https://www.enroma.com/castillo-sant-angelo/

Santa Catalina